miércoles, 9 de agosto de 2017

BALANCE ….

     Muy lejos de pretender destacar protagónicamente, creo que es hora de hacer una especie de Balance, uno como examen final, antes de que sea con carácter de Extraordinario o a Título de Suficiencia,…….. he sentido la espina….de tus rencores!!….perdón, se me atravesó una frase de Pervertida, la canción de Agustín Lara! ….. la verdad es que quise decir: he sentido la necesidad o simplemente el deseo de hacer una pausa y un análisis sobre el camino andado.

     La historia, de carácter muy personal y que solo le puede interesar a quien siente cierto aprecio por mí, data del día en que aterricé en este bendito planeta del que cada día queda menos y menos, la verdad es que nos lo estamos acabando, pero que le vamos a hacer ….somos más ciegos y torpes que el peor de los topos.


     Yo, (perdón por expresarme en primera persona, pero la verdad es que ahora a mi me corresponde hablar de mi)….. tuve el gusto de aterrizar a las nueve de la mañana del martes 9 de agosto de 1932. El acontecimiento sucedió en la casa 1606 de la 2 Norte de la Ciudad de Puebla, entre la 16 y la 18 oriente, a una calle y media del templo de San José.

Ya llegó el que andaba ausente.    

Ya cuajado después de unos 5 añitos.    

     Desde luego que la primera en asistir a la fiestecita fue mi madrecita, la bella y tierna Conchita que cumplió maravillosamente con su papel de primera actriz, persona muy querida por todos y que desde luego fue la única que no podía estar ausente en semejante acontecimiento; mi señor padre, mi querido papacito, ejemplar caballero de vertical proceder y muy amoroso con sus familiares y con sus semejantes  y para terminar con el elenco, la partera doña Manuelita, experimentada comadrona que al término del acontecimiento no tardó en pasar su recibo, seguramente en papel de estraza y escrito con lápiz-tinta por la cantidad de cuarenta pesotes de aquellos de plata del 00/20.  Cabe comentar que en ese entonces yo ya tenía dos hermanitas, Queta y Maruca, que quise y quiero mucho hasta la fecha.

     Pasados unos cuantos días, hubo que ir al Registro Civil y posteriormente el Bautizo. Mis padrinos fueron mi tía Enriqueta, hermana de mi mamá y mi bisabuelo materno, el señor Presbítero don Vicente Martínez Cantú, quien logró ordenarse de sacerdote cuando siendo muy joven enviudo de su amada María Dolores Méndez.

La ficha del bautizo.    

El Bolo.    

     Yo nunca entendí por qué mis papacitos me estamparon un doble nombre: Gabriel Humberto que afortunadamente no usé por la sencilla razón de que el Humberto le debía corresponder a algún hermanito que pudiera llegar a la familia, tal y como sucedió seis años después.

     Pasado el tiempo, en tiempos de la segunda guerra mundial, en enero de 1938 mis padres me inscribieron en el Colegio Inglés en donde hice mi primaria pero no aprendí Inglés.  Cosas inexplicables pero suceden, yo sentía que allá en mis orígenes era yo medio Tlaxcalteca negado para el Inglés. A mi me consolaban diciéndome: no te desesperes, dentro de poco podrás ligar a una gringuita de las que vienen a tomar sus cursos de verano y vas a ver que bien aprendes.

EL colegio Inglés, pero en Español.    

     Ahora, en 1940 debido a que constantemente sufría de problemas de salud en relación con mis anginas, mis papacitos decidieron que me operaran y en el mes de octubre el doctor otorrinolaringólogo Roberto Larragoiti en el Sanatorio Cruz y Celis, se encargó de llevarme al quirófano para realizar la operación que desgraciadamente no hizo correctamente.

      El 8 de diciembre, santo de mi madrecita, hice mi primera comunión, evento que fue muy estresante porque como consecuencia de la reciente cirugía, yo no podía abrir la boca sin sentir el desagradable efecto de una nausea y eso hizo puso muino al amargado padrecito que se negó a darme la comunión y al final de la misa, tuve que hacerlo en privado y en la sacristía.


La primera comunión en que por poquito no hay tamales    

     Por fin llegó el momento de elegir mi escuela para estudiar la secundaria. Mis padres investigaron y por todos lados le recomendaron el Colegio Amado Nervo del que era dueño y director el respetable profesor Comonfort. El problema fue que al profesor se le ocurrió morir a los tres meses de haber empezado el curso y la viuda, por cierto, sin ponerse de luto, se decidió a darle vuelo a la hilacha y el colegio decayó al grado de que fue cerrado por el gobierno.

     Entonces fue que mi abuelo materno, don Enrique Martínez Cantú y Méndez, movió sus influencias y consiguió que a la mitad del año fuera yo aceptado en el Instituto Oriente administrado y conducido por los Jesuitas.

Siempre me gustaron las percusiones.    

      Terminando la secundaria, me entró la inquietud y la decisión de estudiar arquitectura y como en aquellos tiempos en la ciudad de Puebla no existía esa Facultad, hubo que ir a buscarla a la lejana y “peligrosa” Ciudad de México, a tres horas en autobús.

     Ese importante cambio en aquellos tiempos en que yo tenía 17 años, coincidió con la oportunidad de que mi padre, por cuestión de los cambios que iban sucediendo en la trayectoria de su trabajo, hubo que mudar a la familia a la Ciudad de México.

     Mi familia fundó su nuevo hogar en la casa número 21 de la calle de San Bernardino esquina con Magdalena en la Colonia del Valle a media calle de Insurgentes y muy cerca de lo que posteriormente pretendió ser el Hotel de México y terminó siendo el WTC.

     Ahí me tocó vivir cuando terminaba  mis estudios, después, presenté examen profesional, instalé en el edificio ubicado en la esquina de San Francísco y Xola también en la del Valle mi despacho profesional, aunque eso sucedió en medio de situaciones muy inseguras por los problemas entre el presidente Kennedy, Nikita Kruschev y Fidel Castro. Rusia estaba armando a Cuba con unos misiles que casi no cabían en la isla y hubo que proceder a un enérgico bloqueo por parte de los Estados Unidos porque se estaba comenzando a crear una situación de altísimo riesgo en pleno Golfo de México. En nuestro país se sintió el efecto de tales conflictos y entre otros, se hizo patente en la cancelación de múltiples proyectos y obras de construcción.

     Además, para complicar más las cosas, nuestro presidente Adolfo López Mateos, hizo una inentendible declaración: mi gobierno es de extrema izquierda….dentro de la Constitución. Lo dicho, fue algo que nadie comprendió, pero si afectó notablemente el ritmo y el avance del país.

     El lado bueno en medio de aquellos complicados días, fue la oportunidad de conocer a una preciosa joven recién llegada a la capital procedente del Puerto de Veracruz. Se trataba de una linda jovencita ojiverde de apenas 16 años, muy simpática, cariñosa y comedida, que por razones familiares se mudaba junto con su familia a la Ciudad de México. Yo, en esos días, no imaginaba que ella iba a ser la mujer de mi vida, que esa guapísima jovencita iba a ser mi amorosa y adorada esposa.

La linda joven que conocí.    

La boda se celebró el 3 de Diciembre de 1960.    

     Nos conocimos en 1958 cuando ella tenía 16 añitos y nos hicimos novios el 15 de marzo de 1959.  El 3 de diciembre de 1960 cuando ella tenia 18 y yo 28 contrajimos matrimonio fundando nuestro nuevo hogar en un moderno departamento en las calles de Angel Urraza esquina con Amores, en la misma Colonia del Valle.

     No tardó en aterrizar la cigüeña y al cabo de nueve meses con trece días, el 16 de septiembre de 1961 recibimos a nuestro primogénito al que bautizamos con mi nombre,  Gabriel. Años después, nuestro niño, ya hecho un abogado, celebró matrimonio con la guapa tapatía Lorenza Alarcón. Ahora, en agosto de 2017 tienen cuatro hijos: Diego, Iñigo, Franco y Fátima, una linda nuerita de nombre Paulette y una preciosa nietecita llamada Alessia. 

Gabriel y Lorenza. Familia Abaroa Alarcón.    

     El 23 de febrero de 1962, después de una larga y penosa enfermedad, la querida y entrañable abuelita doña Cristina de Empáran de Suzarte, mamá de Cristy mi esposa, dejó de existir. La extrañamos mucho.

     Al poco tiempo, con la intención de ir progresando, nos mudamos a la entonces novedosa Ciudad Satélite, donde tuvimos la emocionante  experiencia de estrenar casa, misma que fue creciendo a medida que aumentaba la familia.

     El 29 de septiembre de 1962 nació nuestro segundo hijo. El nuevo miembro de la familia fue bautizado con el nombre de Mauricio. El 30 de mayo de 1987 contrajo matrimonio con la linda joven Coyoacanénse Esperanza Estavillo, con quien ha llegado a formar su preciosa familia de tres hijos, José, Mariana y Horacio, una linda nuerita llamada Taylor y dos preciosas nietecitas de nombre Ayla y Micah.

Espe y MauricioFamilia Abaroa Estavillo.



     Como cada año, ahora el 16 de noviembre de 1963 aterrizó una linda nenita a quien le heredamos el nombre de su mamá y de su abuelita Cristina. Ella está dedicada a generar música, siempre buena música y vive en Los Ángeles, California. Cristy traía en su equipaje una afinada guitarra. Ya profesionalmente, creó y ha cuidado con esmerado empeño su compañía Moon Moosic como productora de grabación de discos, representación de artistas y promoción de eventos. 

Cristy y su inseparable música


     Un año después, el 27 de mayo de 1965 se agregó al clan Abaroa Suzarte, Sergio quien siempre mostró inclinación por los automóviles. Actualmente, allá en Guadalajara, ha logrado constituir una ejemplar familia integrada por su lindísima esposa Bertha Aguila, sus hijitas, dos lindísimas jovencitas que se han distinguido en el ambiente de la música y de la pintura: Dafne y Reneé; Pablo, un apuesto joven muy estudioso y un guerrista e inteligente niño llamado Iñaki. 

Bertha y Sergio, Familia Abaroa Águila.    


     Posteriormente, el 24 de febrero de 1967 nació una preciosa nenita que traía consigo mucha música, la bautizamos con el nombre de Liliana. Lili, años después contrajo matrimonio con un apuesto y exitoso joven llamado José Sánchez, nacido en la preciosa isla llamada Key Biscayne situada frente a Miami en La Florida, EU. Lili y José a quien llamamos cariñosamente Joji, construyeron su casa en ese privilegiado lugar y han formado una linda familia integrada por una princesita de nombre Renata y un guapo deportista de nombre José Carlos. Esperamos a que lleguen los nietos.


José y Liliana, Familia Sánchez Abaroa.    


     Por último, como colofón de nuestra entrañable familia, el 14 de enero de 1971 se integró a nuestra querida tribu un pequeñín varoncito a quien bautizamos con el nombre de Alejandro. Alex, como le llamamos cariñosamente, dado su firme carácter y claras convicciones ha alcanzado ser respetado por sus hermanos mayores y siempre tomado en cuenta para tomar decisiones.

Alex



     A la vez que los hijos iban llegando, por razón de las escuelas (colonias del Valle y Florida) y de las distancias de la casa (Ciudad Satélite ) a mis lugares de trabajo, (en San Ángel, mi trabajo base y en Zacatenco dando clases en la escuela de Arquitectura) nos estuvimos mudando de casa: primero en Oxtopulco y en Copilco en San Ángel; y más tarde en la calle de Amores en la Colonia del Valle). Por fin situamos nuestro domicilio en un punto cercano a todas nuestras necesidades y adquirimos una amplia casa situada en el 155 de la calle de Louisiana casi esquna con Pennsylvania en la Colonia Nápoles.

     En esa casa resolvimos todos nuestros caprichos, necesidades y diferentes gustos e inclinaciones. Originalmente era una amplia casa de 600 m2 de construcción y que afortunadamente para mi, constaba de una amplia cochera en donde cabían hasta diez automóviles más las motocicletas de la familia, muy ad hoc para satisfacer mi afición por las carcachas.


Mi obsesiva manía por los autos y las carcachas. 

   
la increíble capacidad de espacios: 3+3+3=9+1=10 autos.    

     La cochera era tan amplia que cuando el caso lo requería, sacábamos los autos y convertíamos el espacio en un verdadero salón de fiestas capaz de albergar a un centenar de personas. En muy frecuentes casos, tuvimos música en vivo y dada mi afición por las canciones de antes, llegamos a contar con la participación de la Orquesta de Solistas de Agustín Lara. 

Encuentro con Agustín Lara
En esta ocasión, 8 mesas de 10 = 80 personas    

Despedida de México: 100 personas
Hugo Jordán y Tito Enríquez.
    

Nuestra Terraza consentida, piso de madera y techo corredizo en espera de que lleguen los amigos…… 

y los amigos llegaron.    


     También contaba con un despacho privado para complementar mis compromisos de tipo profesional que yo atendía oficialmente en el despacho formal que tenía a una calle de distancia, frente al parque Esparza Oteo, en la esquina de Georgia y Pennsylvania, justo donde habían estado las oficinas de los restaurantes Vip’s.

Mi despacho particular para trabajar en casa.    
   
      La amplia casa constaba de una sala comedor de sesenta metros cuadrados más un espacio aledaño en donde se encontraba la mágica pianola que fuera del abuelo Humberto contando además, con un mueble en donde se guardaba una gran colección de rollos de pianola.

     Desde luego que articulado con el comedor, se encontraba el comedor de diario y una cocina que siempre fue suficiente para atender a grupos que por lo regular andaban entre treinta y cuarenta personas.

     En el área íntima, se contaba con la típica recámara principal, otra más para las dos mujercitas y un verdadero dormitorio de más o menos cinco por doce metros para los cuatro hijos varones con closet y área de trabajo de escritorio para cada uno de ellos. Además, para cada una de las recámaras su correspondiente cuarto de baño tan amplio como fuera necesario en cada caso.

     Una particularidad que hacía muy especial el funcionamiento de la casa es que a pesar de que estaba resuelta en cuatro medios niveles, (aparte de los servicios en azotea), en la casa no existía un solo escalón, la solución para ir de un nivel a otro era a base de unas rampas inclinadas por las que se podía circular sin ninguna dificultad pues estaban resueltas a base de una inclinación muy tenue y además, estaban alfombradas. 

     Además de todo lo expresado, la casa constaba con los cuartos de servicio de costumbre como el cuarto de lavadora, secadora y lavadero, su patio de tender y asolear y el dormitorio con baño para las azafatas.

     Cuando compramos la casa, para poder ocuparla,  tuvimos que esperar el tiempo que tardamos en hacer los trabajos de remodelación. Cuando teníamos la casa en plena obra, se me ocurrió construir los servicios en azotea y disponer del semisótano en donde se encontraban para hacer un verdadero teatro y sin espera y duda de ninguna especie, hicimos un teatro con foro, telones, camerino con baño para los artistas; sala de audiencia para cuarenta butacas, con servicio de toilet para el público. 

     Una cabina para controlar y hacer efectiva la proyección de películas de 8, super 8 y 16 mm., así como dos proyectores carrusel para diapositivas. A la vez, los reproductores de CDs, DVDs, y todo tipo de efectos de sonido. También se instalaron dos reflectores que servían como seguidores para los artistas en el foro.  

     Una vez concluidas las obras, toda la familia nos dedicamos a disfrutar de esa instalación. Tuvimos la presentación y actuación de innumerables artistas como la Orquesta de Solistas de Agustín Lara,  don Juan Arvizu, (quien ya estaba próximo a morir),  don Mario Ruíz Armengol, Gonzalo Romeu, el Octeto Juan Diego, Vicente Garrido, el Arpa de Javier Zavala, Alvarito, Reynaldo Corona, Tito Guizar, Amparo Montes, La Zarzuela con Bety Aznar y Salvador Quiroz, Ofelia Medina, las intervenciones de Claudio Lenk, y Héctor Madera Ferrón.

      Alejandro Algara, Jorge Fernández, José Luís Caballero, Jorge Macías, la actriz declamadora Judy Ponte, la conductora Lourdes Guerrero,  Bebu Silveti,  Salvador y Vicky Ortíz,  Jaime Alejo Castillo, Tito Enriquez, Tony Cabral, Carmela Rey y Rafael, las Hermanas Águila, Lupe Silva, Salvador García, Eduardo Manzano, Anamía, el guitarrista Carlos Guevara, Las Mandolinas melódicas de la UNAM, las 3 arpas de los 3 Hermanos Padilla, Gualberto Castro y Antonio Espino “Clavillazo”.


Programa para XEB radio, voz: Jorge Fernández y Hermanas Águila 
piano: Reynaldo Corona, violín: Carlos Águila.     

La audiencia, programa TV-2 ECO Salvador García, don Juan Arvizu,    
Hnas. Águila, Alex Algara, Amparo Montes, Chacho Ibañez y Alvarito.     

     Lupe Silva, el tenor Fernando Ruíz, el violinista Carlitos Águila, José Antonio Cossio y sus poesias, el tenor Mauro Calderón, Pepe Jara y su esposa “Chivis”,  Carmelita Ferríz, el Chino Ibarra y su hija Susi Perla, las interesantes pláticas de don Jacobo Morett, don José de la Herrán y su XEW, Eduardo Manzano “Polivoz”, Celia Esther, Hugo Jordán, Coco Potenza y su  bandoneón, el programa de radio de Juan Osorio y Lupita Olais, Cecilia Infante, la soprano Maribel Salazar, el pianista Ángel Jalili y el pianista y cantante Daniel Herrera.




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2 comentarios:

  1. Siempre un gusto leer sus anécdotas.
    Yo estuve en la inauguración de ese teatro.
    Saludos a la familia abaroa

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