domingo, 16 de mayo de 2010

DE “LA RESACA” A BELLAS ARTES

Nuestros seis muy queridos hijos, un día de tantos decidieron volar y volaron todos. Unos deseaban continuar sus estudios en el extranjero, los otros, solteros ó ya casados, quisieron incursionar y probar suerte con nuevos y distintos horizontes en su desarrollo profesional, pero como dato curioso, de seis, cinco en el ámbito e la música.

Nosotros, como papá y mamá, los extrañábamos mucho pero nos complacía saber que iban progresando cada uno en lo suyo.

Uno de sus muy queridos amigos era un joven y valioso cantante con tesitura de tenor llamado Mauro Calderón. Al ausentarse nuestros hijos y dada la inclinación y amor que teníamos por la música, nosotros conservamos esa valiosa y tierna relación de amistad. Cada vez que había la oportunidad de escuchar a Mauro, acudíamos gustosos a disfrutar de su agradable timbre de voz.

Una vez, platicando con otro de nuestros monstruosos amigos, ahora se trataba de don Jacobo Morett, nos enteramos de que estaba organizando un muy merecido homenaje al más monstruo de los monstruos, don Manuel Esperón, quien estaba próximo a cumplir y después de su impresionante labor en pro de la música mexicana y de haber forjado a grandes artistas como Jorge Negrete y Pedro Infante y haber musicalizado mas de quinientas películas de nuestro glorioso cine mexicano antes de que los genios de genios acabaran con el.

Sale sobrando decir que la obra de don Manuel Esperón como compositor, es también uno de los grandes acervos musicales que hemos disfrutado y seguiremos disfrutando mientras tengamos vida, basta citar unos cuantos títulos de sus incomparables canciones: La Mujer del Puerto; Hay Jalisco no te Rajes; Me he de comer esa Tuna; Yo soy mexicano; Cocula; Ven; Amorcito Corazón, Mía; Carta de Amor e infinidad de canciones más.
    
Pues volviendo al tema original, por don Jacobo Morett me entero de que él mismo está organizando el homenaje a don Manuel a celebrar en el Palacio de Bellas Artes. A mi se me hizo “justo y necesario” que en esa gran fiesta tomara parte nuestro joven amigo Mauro Calderón, pero no se me hizo legal ni correcto que abusando de la amistad con don Jacobo me valiera de ella para comprometerlo a incluir al tenor Calderón.

Así fue que se me ocurrió organizar un “compló”. Le corrí una invitación a don Jacobo para que junto con su linda esposa Edith Garza nos acompañara a mi y a mi esposa Cristy a comer a una muy agradable cabañita enclavada por ahí en la carretera a Toluca dentro del área de el Desierto de los Leones. El lugar, propiedad de Laurita la esposa del cantante se llamaba “La Resaca” y era un ameno restaurante rústico, de montaña,  donde al lado de una agradable chimenea se comía estupendamente.

Por lo regular, los sábados a partir de las cinco de la tarde Mauro cantaba ahí deleitando a la clientela de su esposa Laura.


Pues volviendo al origen de ésta historia, don Jacobo aceptó y terminando su programa sabatino “A mi Manera”, que concluía precisamente a las cinco de la tarde Cristy y yo lo recogimos junto con su linda Edith y raudos y veloces nos dirigimos a comer a la comentada cabaña.

Desde luego que Mauro ya estaba advertido y sabía que sobre las cinco con cuarenta y cinco llegaríamos con nuestras amigos y que después de dos ó tres canciones diría: Ahora querida concurrencia,  les quisiera ofrecer unas canciones del gran compositor Manuel Esperón, y entre aplausos comenzó a cantar Flor de Azalea. Al término de éste gran tema prosiguió con Amorcito Corazón y pretendió terminar con Hay Jalisco no te Rajes.

Los eufóricos comensales aplaudían a rabiar al cantante quién con toda intención interpretaba al maestro Esperón como nunca. Añadió a la lista Mía y Yo soy Mexicano.

A continuación sucedió lo que Mauro y yo esperábamos, don Jacobo Morett se puso en pie, se dirigió al estrado y pidió a Mauro su anuencia para subir. Mauro le tendió la mano y le saludó abrazándolo solicitando de la audiencia un caluroso aplauso para el respetable musicólogo e historiador.

Don Jacobo tomó la palabra y expresó: Señoras y señores deseo hacer constar que me ha impresionado profundamente la voz de éste joven tenor a quien no tenía el gusto de conocer. La interpretación  de las canciones del maestro Esperón han sido tan impactantes como cuando las escuchamos en la voz del inolvidable Jorge Negrete.

Me voy a permitir aquí, contando con el testimonio de tan respetable audiencia, hacer una formal invitación al señor Calderón para que participe en el homenaje a don Manuel Esperón que se llevará a cabo el veintiuno de Octubre de éste 2001 en el Palacio de Bellas Artes.

Mauro contestó a tal invitación sin poder ocultar su gran felicidad y guiñándonos un ojo nos dio a entender que se estaba logrando lo que habíamos planeado.

Así fue como el joven tenor Mauro Calderón tuvo la oportunidad de una brillante y espontánea participación, sin recomendación de por medio, cantando en un escenario tan importante las canciones de un Compositor que entre sus éxitos puede contar que gracias a su inspiración brillaron artistas de la talla de Jorge Negrete y Pedro Infante.


Desde entonces, Mauro se convirtió en el intérprete oficial de don Manuel Esperón y han instituido que los martes de cada semana se reúnen para escudriñar entre sus múltiples partituras hecho que les ha permitido refrescar su incomparable obra.

Don Manuel celebrará el próximo tres de Agosto de éste 2010 sus gloriosos noventa y nueve años de ejemplar trayectoria por el camino de la vida. ¡SALUD, DON MANUEL!

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